lunes, 14 de abril de 2014

Maquetisme naval. HMS Bounty. Escala 1:80.






HISTORIA DEL NAVÍO.  

La Bounty fue un carguero armado inglés que se envió a Tahiti en 1787 bajo el mando de William Blight, comandante del barco, para recoger y transportar plantas del árbol del pan a las indias occidentales. Los frutos de dicho árbol debían constituir un alimento barato para los esclavos que trabajan en las plantaciones de caña de azúcar. El barco partió de Spithead el 23 de diciembre de 1787.  Blight había sido piloto del capitán Cook, en el último viaje, en 1776.
        Se ha acusado a Blight de excesiva rudeza en el trato de su tripulación, particularmente de continua y violenta flagelación. Según el diario de navegación, desde la fecha en que dejaron Inglaterra hasta la mañana del motín, siete hombres probaron la gata. Primero Matthew Quintal, dos docenas de latigazos por insolencia y desprecio al capitán Mr. Fryer. Luego, en el Cabo, John Williams recibió seis latigazos "por descuido en su obligación de escandallar". Mientras que en Otaheite, Alexander Smith, o como mejor se le conoce John Adams, fue castigado con una docena de latigazos por descuido en su obligación al permitir que robaran la hembra del timón; Charler Churchill, William Muspratt y John Millward recibieron el primero dos docenas, los otros, cada uno cuatro docenas por deserción, e Isaac Martin diecinueve "por golpear a un indio". La severidad de la disciplina condujo a un gran descontento y murmuración entre tanto oficiales como tripulación.
        La Bounty llegó a Tahití en octubre de 1788, Blight y sus hombres permanecieron en la isla durante seis meses y una vez hubieron recogido y cargado a bordo las plantas, partieron para Jamaica en abril de 1789. Durante aquel tiempo, los hombres se desmoralizaron tanto que a la vuelta, el 28 de abril, acudillados por el oficial Flecher Christian, se amotinaron y Blight junto con 18 hombres y provisiones para ellos fueron expulsados de la Bounty y puestos en un bote abierto de 23 pies de largo.  La conducta tiránica y severidad de Blight como capitán del barco provocó el motín.  Esto sucedía cerca de Tofua, en las islas Tonga. El 14 de junio de 1789, Blight y sus hombres leales alcanzaron Timor, alrededor de 400 millas al noroeste de Australia, habiendo recorrido una distancia de 3.618 millas.
        Algunos de los amotinados regresaron a Tahití y el resto se estableció en la isla Pitcairn en 1790. Llegaron con un grupo de tahitianos, 6 hombres y 12 mujeres y habiendo quemado la Bounty lograron preservar durante 18 años el aislamiento que voluntariamente se habían impuesto.  La suerte de la Bounty no se supo hasta 1808, cuando un ballenero americano "Topaz" visitó la isla. Hubieron disputas con los nativos tahitianos; hubieron matanzas en las cuales todos salvo un inglés murieron a medida que pasó el tiempo. Gradualmente, de todas formas, se formó una pequeña colonia alrededor del inglés superviviente, John Adams, que murió en 1829.  Sus descendientes viven pacíficamente en Pitcairn y en 1956 se encontraron los restos de la Bounty encallada e incendiada.
            Los hombres que desembarcaron en Tahití fueron considerados desertores cuando fueron hallados y capturados por la Marina y fueron llevados en cadenas a Inglaterra, en donde tres de ellos hallados convictos fueron colgados.


Cliqueando la imagen se obtiene más detalle.

Esta bibliografía la he obtenido del manual de instrucciones, y que pertenece a: Enciclopedia británica, a la Enciclopedia Americana, y un libro de la Bounty. 

            Esta es una de tantas historias oscuras del colonialismo, y no por lo sucedido en cuanto al motín, si no... ¿por quiénes? y ¿a qué fueron enviados estos marineros?... A fin de cuentas y bien es cierto que fueron enviados a buscar alimentos baratos para los esclavos de las plantaciones del nuevo mundo.  
Quizá el mal carácter del capitán y los meses de retraso en la expedición hizo desencadenar el descontento en la tripulación, y en definitiva el motín. Pero también es cierto que hubieron otros capitanes de su época que utilizaron peores castigos disciplinarios hacia los marineros o tripulación, y no me refiero a solo latigazos, simplemente los ejecutaban o los enjaulaban en penosas condiciones, y que para estos capitanes no hubo ninguna repercusión, el caso es que Bligth cargó con esa mala fama de cruel. 



Existe más bibliografía en la web en

Situación en el google maps de la Isla de Pitcairn.





Este interesante vídeo lo he encontrado en you tube, muestra la navegación real de la réplica de la Bounty . Desde luego eran muy duras las tareas de los marineros al subirse a la arboladura para el despliegue y repliegue de velas.


Hace muy pocos días tuve la suerte de cazar un programa documental en nuestra televisión nacional concretamente en la 2.  Lo emitieron el viernes 29 de agosto de 2014, y lo podemos visitar en la web en http://www.rtve.es/alacarta/videos/grandes-documentales/grandes-documentales-trotamundos-alrededor-del-mundo-viajes-pacifico-santiago-isla-pitcairn/1681058/.   Me sentí afortunado de poder obtener otro buen documental sobre la Bounty.  
Se trata de un documental donde Zay Harding se lanza a una aventura épica a través de la islas del Pacífico Sur en busca de los vestigios de la cultura polinesia. En el camino narra la increíble historia del motín del Bounty; nos seduce con cuentos del Capitán Cook y experimenta los placeres de la vida en la isla tropical.
Pero el contenido esta disponible hasta el 5 de septiembre de 2014. No se si podré rescatar este programa de algún otro modo. De momento lo he conseguido en you tube https://www.youtube.com/watch?v=trFVqs7qYlg.
lo califico de muy recomendable.
Otro interesante video sobre la  Bounty.

El kit de Constructo 



Fue en el verano de 1976, tenía entonces 19 años cuando compré el kit de la Bounty en la desaparecida tienda de modelismo "Quinta  Avenida" de la calle Huesca en Valencia.  El kit de la firma Constructo es de origen  Menorquino, y la verdad es que me apetecía meterme un poco en el maquetismo naval, aunque creo que actué influenciado por mis padres que estaban algo hartos de mi obsesión por el aeromodelismo. No es que les hiciera un caso sumiso, pero admito que agradeceré siempre su consejo, porque fue cuando comencé a descubrir el maquetismo estático y  la tan peculiar nomenclatura  naval. Son muy interesantes y curiosos los nombres de cada pieza o partes de las navíos veleros de aquella época.

Cuando abrí la caja inmediatamente me percaté del largo trabajo que me esperaba. Pero las instrucciones de montaje están perfectamente narradas: Por una parte consistía en un orden numeral de piezas (pasa del centenar), pero que en cantidades absolutas puede que pase de 500. Todas estas piezas mencionadas están representadas también  en el plano con su respectivo número. Además existen algunos dibujos adicionales a modo de croquis. Como reflexión creo que son las ventajas de un kit, y Constructo en mi opinión las ofrecía perfectamente.  
Y por otra parte, hay que seguir paso a paso las instrucciones y de modo muy estricto, y sin alterar bajo ningún concepto el orden.  Estas  instrucciones de montaje vienen narradas a modo de operaciones, que en total son 39.  Desde la primera hasta la operación 17 está dedicada a la obra viva mas la obra muerta y la cubierta;  la arboladura comienza a partir de la 18 y es la parte más complicada, porque es necesario prestar una exquisita alineación buscando el perfecto equilibrio de tensión de los palos de la mayor, trinquete y mesana. La tensión de los hilos de los obenques que pasan por las bocas de lobo y giran sobre las crucetas para caer a los lados para ser tensados con la multitud de motones y cuadernales es delicado de calibrar.   También habían burdas y otros tirantes que exigen una tensión muy bien ejecutada. Ni que decir la construcción de los flechastes con hilo, a base de nuditos  (es por donde suben los marineros hacia la arboladura).  Además tuve que hacer caso de la recomendación de encerar los distintos hilos que componen el kit porque por el paso del tiempo estos elementos sufren deterioro que ocasiona el polvo y la pelusilla. No obstante para evitar lo antes comentado, cuando finalicé el navío construí una vitrina y que gracias a ella me ha conservado perfectamente la Bounty durante tantos años.  
Cuando tuve realizada la arboladura, coloqué el velamen, que por cierto menos mal que venía confeccionado en el kit, solo faltaba tratar la tela para darle un aspecto de envejecimiento a base de infusión de té, y después una vez planchadas, les dí  una mano de barniz y aguarrás al 50 % para que mantengan ese aspecto almidonado y curvado.

La realización de un navío antiguo requiere una buena dosis de paciencia, yo lo calificaría como la orfebrería del modelismo. Existen grandes maestros de esta disciplina que por lógica llevan muchos años dedicados a esta afición,  me imagino que sienten o llevan en la sangre una especial atracción por querer  reproducir a pequeña escala las grandes obras de ingeniería naval. La miniaturización naval exige unos grandes dotes de motricidad fina, pero también de estética, buen gusto, quizá también herramientas más sofisticadas (incluso tornos y fresadoras), y por supuesto muy buena documentación histórica. 
La Bounty que construí tiene una escala de 1:80,  trabajar con esta escala tiene alguna dificultad añadida, porque cuesta más rematar los detalles, sobre todo a la hora de hacer nudos tan pequeños. Por el contrario si trabajamos con una escala menor el modelo es más grande y se hace más cómodo el trabajo, pero si buscamos más nivel o complejidad acabará siendo también muy laborioso.  Si construyes una gran maqueta y esto ocurre en la realidad: ¡a ver donde metes un navío de estas dimensiones en el salón de tu casa!. La mía a pesar de no ser muy grande ya ocupa lo suyo y encima con vitrina.

Me he percatado de que actualmente la comercialización de los kits navales ha mejorado mucho: están clasificados con diferentes escalas de dificultad.  Bueno, antes ya estaba, pero ahora está  más presente y se informa mucho más en los catálogos, etc... Yo me considero un principiante en esta modalidad de modelismo, tampoco me considero una autoridad moral en esta afición, pero si tuviera que dar un consejo diré que para iniciarse en el modelismo naval lo más acertado es empezar con pequeños kits de dificultad elemental. Y a medida que se va tomando soltura manual, crea en el ejecutante más seguridad y logros más satisfactorios, y por supuesto genera más gusanillo para seguir construyendo más modelos. En cambio lo que no es nada recomendable es trabajar exclusivamente sobre plano, hay que pensar en las ventajas que ofrecen los kits, porque incluyen todas las piezas necesarias, y pretender fabricarlas de manera personal es muy complejo para un aficionado sin experiencia. 



Esta es la hoja del manual que viene expresada en dos idiomas (español e inglés). El plano de atrás no es el de la Bounty. Después de algunos años el plano de la Bounty se lo cambíe a un aficionado por el de el buque escuela Eagle. Este otro buque, el Eagle no he llegado a realizarlo, pero sí un amigo y ya muy anciano que es de mi ciudad que se llama de apodo "Branqueta". Era un verdadero aficionado al maquetismo naval y en su casa tenía una pequeña exposición de algunos navíos emblemáticos y otros de creación personal.  




En primer plano obenques y flechastes del mastil de la mesana y parte de la vela cangreja. Estos obenques están atados a los cuadernales y a su vez a la mesa de guarnición.  Cuando preparé la mesa me aseguré de encolar muy bien esta pieza porque existe riesgo de que se arranque por la tensión. A la derecha el pequeño balconcillo con su ventana. En la parte superior derecha la vela cangreja.







    Al fondo de la imagen el bote de 23 pies, el Jolly boat.  Los amotinados embarcaron en este bote al capitán Blight , junto con 18 marineros leales y provisto de una vela, un sextante y un reloj (instrumentos imprescindibles para la navegación). 
     Los otros 13 marineros leales al capitán tuvieron que permanecer a bordo de la Bounty por falta de espacio en el bote, pero no obstante los amotinados tuvieron el respeto de desembarcarlos en Tahití a la espera de que pudieran regresar a la patria. 
     Los amotinados prosiguieron su huida pero necesitaron reclutar algunos marineros (ocho) y nativos (seis hombres y 11 mujeres) para esconderse en alguna isla desierta de las muchas que existen en el pacífico. Finalmente lograron asentarse en la Isla de Pitcairn, que gracias a que estaba mal cartografiada no sería fácil encontrarles. 
     Blight  realizó una gran hazaña de navegación, pues tenía muy buenos conocimientos de ésta y de cartografía, y llegó después de 41 días hasta la isla de Timor, por donde solían pasar barcos ingleses.  Había recorrido 5.800 millas y perdido un solo hombre, muerto en un enfrentamiento con nativos hóstiles de una isla, donde había intentado recalar para recoger agua y víveres.



Mascarón (esta pieza es de plástico) y gambotas de proa (pintadas en purpurina dorada), el botalón de proa pintado de blanco y su tamborete en negro. Un poco atrás los dos cañones de babor.




Vista de proa de la Bounty.



El espejo de popa, lleva 5 ventanas con fondo azul claro para simular los cristales. Además los balconcillos blancos y los farolillos de popa también llevan esta decoración.







Vista desde arriba. La arboladura del navío es bastante entretenida de montar, pero es donde está el mayor atractivo en estos veleros



Una buena dosis de paciencia, pulcritud, y pocas prisas en terminarlo es el secreto para montarlo.











Otros trabajos.


Este otro trabajo lo realicé en 1987. Es otro kit de Constructo y se trata de un velero de cabotaje del siglo XIX. Su escala es de 1:120 es decir mide 34 cm de largo por 30 de alto.  Esta maqueta fué un detalle y regalo personal que preparé por la jubilación de una persona religiosa que dedicó toda su labor y trabajo a la institución hospitalaria.   

3 comentarios:

  1. Pues posiblemente en este buque haya algunas piezas hechas por Chelo, mi novia de entonces, que como medio pueblo de San Luís, en la isla de Menorca, trabajaba en los talleres de Constructo instalados en una antigua casa de campo a las afueras del pueblo.

    Recuerdo a la suegra que se pasaba horas y horas en su casa cosiendo blisters de piezas de madera de los modelos pequeños, como el buque vikingo con la vela a rayas blancas y azules...

    Años más tarde esta firma se trasladó a Cataluña, de donde eran sus dueños, y la economía del pueblo se resintió, pero me alegra saber que aún existe y que alguien se acuerda de lo que fabricaba a mediados de los 70.

    Un saludo

    Anilandro

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  2. Muchas gracias por el comentario, me alegra saber de donde procede este entrañable kit. Y más por saber que familiares tuyos eran quienes preparaban con tanta meticulosidad estos kits. Eran muchas bolsitas con pequeñas piezas. No sé si seré un nostálgico, pero hoy en día con tanta globalización y comercio oriental no ya queda esa entrega y saber hacer de aquellos tiempos.

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    1. A mí me ocurre lo mismo, me gustan las novedades pero no me quitan el sueño, me gustan los microcontroladores pero también toda la electrónica analógica que ha sido mi profesión, e incluso las lámparas que fueron mis inicios.

      En casa y en un trastero guardo infinidad de aparatos y objetos de los 60 y 70, así que supongo que estoy en el umbral del síndrome de Diógenes, y en aeromodelismo estoy restaurando mi último avión que data de cuando tenía 17 años, hace de esto la friolera de 43, que irá comandado por una radio MRC de la misma época. Si te interesan temas de electrónica, física de partículas, software, criptografía, mecánica y navegación, pásate por mi web (La Web de Anilandro), seguro que hay temas de los que podemos hablar.

      Un saludo

      Anilandro (Llorenç)

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